viernes, 24 de julio de 2020

VIOLENCIA



No es solo un empujón o un puñetazo. No es solo un tirón de pelo o una bofetada. No es solo un arañazo ni solo tiene que ver con las heridas sobre la piel. La violencia de género, esa que se ejerce sobre las mujeres solo por ser mujeres en cualquier parte del mundo y a cualquier hora, tiene múltiples formas. Ni las cifras oficiales de los países que las recogen —lo hacen 106, según ONU Mujeres— ni las globales computan el total de estas violencias ni las desgranan. La mayoría de ellas están presentes en las cifras oficiales por maltrato, aunque no se desagreguen: no solo no son excluyentes sino que, en su mayoría, son inherentes unas a otras. Cuando se habla de violencia machista se tiende a pensar en la física, la sexual o la psicológica. Y algunas pasan casi desapercibidas, como la violencia económica, la patrimonial o la social. De otras no se habla con regularidad en los países desarrollados, donde apenas ocurren, como los matrimonios forzosos o la mutilación genital femenina; y de ellas solo hay datos aproximados de los estados donde esas prácticas siguen extendidas. Organizaciones internacionales, cuerpos de seguridad y expertas coinciden: es imposible saber el número exacto, de cualquier violencia. Solo se conoce lo que se denuncia. La OMS estima que una de cada tres mujeres (35%) en el mundo ha sufrido violencia machista, física o sexual. También se calcula que solo denuncia una de cada tres. Aquí, un repaso a las distintas violencias y sus cifras [cuando las hay] en España.


Es la más fácil de reconocer, la más evidente y la que siempre recogen los datos. La produce cualquier acción que provoque daño en el cuerpo de la mujer —un empujón, un pellizco o un arañazo también son violencia física—. Su forma más extrema es el asesinato. Este año son 51 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas, 1.027 desde que se registran datos oficiales, en 2003. Además, en 2018 se interpusieron 166.620 denuncias por violencia de género; y el sistema Viogén, la herramienta de seguimiento de la policía para estos casos, registró hasta octubre de este año 513.308 víctimas y 570.387 casos (60.538 de ellos activos).


Tocamientos en bares y discotecas, roces sin permiso en el transporte público o una violación. Toda aquella intromisión no permitida en el cuerpo de una mujer, con o sin penetración, es violencia sexual. El pasado año, estos delitos fueron los que más crecieron: un 23,2%, según la Fiscalía. Los datos de Interior cifran en 1.702 los delitos de violación y en 12.109 las agresiones y abusos sin penetración en 2018. Y dos tendencias preocupantes para el Ministerio Fiscal: el aumento de las denuncias de violaciones grupales; y los datos de delitos contra la libertad sexual cometidos por menores, no por los números absolutos (648 casos) sino por el crecimiento, un 43% más que en 2017.


Amenazar, humillar, ridiculizar, aislar, hostigar... El maltrato psicológico puede llegar a ser tan sutil que no se perciba. Mina la confianza, destruye la autoestima, es repetitivo, tiende a intensificarse con el tiempo y se produce de dos maneras: activa (insultar o cuestionar de forma constante las acciones o sentimientos) o pasiva (ignorar a la pareja o imponer silencio, por ejemplo). Organizaciones internacionales describen multitud de consecuencias —tristeza, angustia, depresión, ansiedad, comportamientos de autolesión, consumo abusivo de drogas...— que pueden desembocar en el suicidio. Aunque no existen datos específicos de esta violencia [se engloban con los de violencia física], siempre acompañan, y casi siempre anteceden, a esa violencia.

martes, 3 de marzo de 2020

Violencia De Genero



Nula sensibilidad. Así podríamos describir cómo la televisión pública de Marruecos decidió emitir un polémico vídeo cuarenta y ocho horas antes del Día Internacional contra la Violencia de Género. Dicha cadena difundió un tutorial de maquillaje para enseñar a las mujeres maltratadas a ocultar las agresiones físicas recibidas. Las imágenes han cruzado fronteras y gracias a las redes sociales se ha podido denunciar esta vejación públicamente. Paso a paso la presentadora del programa Sabahyate del canal 2M, fue explicando el proceso de maquillaje a una mujer víctimas de malos tratos. Utilizando como modelo a una chica con varios moratones en el rostro, la periodista describía cuál era la mejor forma de ocultar los signos de violencia. Es decir, daba trucos y consejos para esconder agresiones físicas


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